D. T. Suzuki (así se lo conoció, siendo sus nombres Daisetsu Teitaro) fue un filósofo japonés que, con hermosa pasión, introdujo los conocimientos del Zen y del Shin en Occidente
Nació a este mundo en 1870, y partió de él en 1966. Amo este texto suyo, que hoy te convido:
“No puede esperarse que todos seamos científicos, pero estamos constituidos de tal manera por la naturaleza que todos podemos ser artistas; no, por supuesto, artistas especializados, como pintores, escultores, músicos, poetas, etc., sino artistas de la vida. Esta profesión, "artista de la vida", puede sonar a algo nuevo y raro, pero en realidad todos nacemos artistas de la vida y, sin saberlo, la mayoría de nosotros no logramos serlo y el resultado es que hacemos un desastre de nuestras vidas... [...]
Los artistas de cualquier tipo tienen que usar uno u otro instrumento para expresarse, para mostrar su capacidad creadora en una u otra forma. El escultor tiene que tener piedra, madera o yeso, y un cincel o algún otro instrumento para imprimir sus ideas sobre el material. Pero un artista de la vida no necesita salirse de sí mismo. Todo el material, todos los implementos, toda la capacidad técnica que se requieren ordinariamente, están dentro de él desde que nace, quizás aún antes de que sus padres le dieran la vida. [...]
En esa persona, cada uno de sus actos expresa originalidad, capacidad creadora, su interioridad viva. No hay en ello convencionalismo, conformidad ni motivación inhibitoria. Su conducta es como el viento que sopla donde quiere. No tiene un yo encasillado en su existencia fragmentaria, limitada, restringida, egocéntrica. Ha salido de su prisión. Uno de los grandes maestros zen de la época T´ang dice: 'Un hombre que es dueño de sí mismo dondequiera que se encuentre se comporta con fidelidad a sí mismo.´ A este hombre es al que yo llamo el verdadero artista de la vida. "
No hay comentarios:
Publicar un comentario