sábado, 25 de marzo de 2017

OTRA VEZ DONDE COMENZAMOS

El miércoles pasado estuve con mi terapeuta y le comenté mi idea de vender el departamento para pagar deudas y fue categórico conmigo: En honor a su hermano que tanto le protegió ese departamento y para no quedar condenado a pagar un alquiler durante toda su vida, por favor no lo venda. Además Ely me había informado ya que el total del precio del departamento no alcanza para cubrir toda nuestra deuda matrimonial así que cuando volví a casa le dije a ella: Creo que no voy a venderlo y ella se alegró y agradeció que ahora que no lo tenía a Juan Arturo, lo seguía teniendo a Muscellini para ayudarla a contenerme.
La cuestión es que enseguida procedí a preguntarle si se mantenía en pie su decisión de concederme una porción de María Cruz para que algún día pudiera construirme mi casita y ella me respondió: No, ahora la cosa cambia, ya no vas a vender tu departamento, y yo te iba a dar esa tierra si no me quedaba otra y lo vendías. Pero ahora todo se retrotrae al estado anterior.
Esto de meterme algún día a vivir en María Cruz me está costando mucho más de lo que alguna vez me imaginé. Ely sigue enojada conmigo y me sigue castigando no concediéndome mi legítimo derecho sobre la tierra, pero que no lo quiero ejercer en forma mas imperiosa para poder mantener la precaria armonía que hemos logrado en nuestra renovada forma de comunicación. Así que deberé seguir esperando hasta que estén dadas unas mejores condiciones, o hasta que pueda seducirla, o hasta que se me ocurra seguir otro camino. Recordemos que "la tercera es la vencida" y que el tercer camino, sería buscar en todo, la independencia y apuntar algún día, a comprar una nueva tierra y allí construirme mi santuario.

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