lunes, 24 de julio de 2017

UNA LARGA HISTORIA HECHA BREVE

Mi madre y los curas mercedarios me dieron la fe Católica de niño. En esa época veía a Jesús como un ser exigente y a Dios, como un ser enojoso y castigador. Así que a mis 16 me rebele y decidí ser ateo, para ya no seguir pecando. 
Forje durante 12 años una gran confianza en mi mismo y la actitud de ser artífice de mi destino.
A mis 28 años, mi mejor amigo Faustino, que desde su niñez había sido también ateo, comenzó a estudiar y me convidó los libros de Castaneda y al poco tiempo ambos nos estábamos iniciando en la espiritualidad de los brujos y yo, por esa vía misteriosa, recuperando la fe. 
Él, además de ser Biólogo comenzó a acercarse a la tribu de los Secoyas en la Amazonia Ecuatoriana para terminar totalmente integrado, dejando la ciencia y convirtiéndose en aprendiz del medico brujo; Cesario.
Fue iniciado en el camino de los tomadores de Yagé o Ayahuasca y se adentró en el mismo, llegando a un nivel muy avanzado.
Ya de regreso en Córdoba, estando en su casa de Unquillo, construida con un diseño totalmente mágico, conoció a su mujer; Lucrecia, fotógrafa, con la que formó familia y tuvieron en su propia casa a su primer hijo; Luca. 
Cesario le "había curado las manos" por lo que poco a poco iría dejando la curandería, para dedicarse cada vez más a la herrería, primero de tipo industrial y poco a poco, artesanal. 
A medida que su niño crecía, con su mujer llegaron al entendimiento que Unquillo y los alrededores, no tenía un entorno propicio para su educación y sociabilidad. Lucrecia en su viaje a México, se había quedado fascinada con Chiapas y el ambiente aborigen que allí se respiraba, por lo que padre y madre anhelaban para su niño una educación mas naturalista.
Fue así que en un acto familiar de gran desprendimiento, dejaron casi todo acá en Unquillo, y se fueron a construir en familia una pequeña casa, bien ecológica e igual de mágica que la de Unquillo, pero ahora con sus propias manos en Rodeo de Piedra, Traslasierra.
Faustino se fue convirtiendo en lutier de instrumentos hechos en metal y se supera continuamente a sí mismo. Los comercializa en la Plaza de Villa Las Rosas, se han integrado al fin a la comunidad de artesanos del lugar, casi todos new hippies y todos amantes de lo originario.
Lucrecia se había convertido también en  Doula, aunque después abandonó el oficio para abocarse  exclusivamente a su casa y la crianza de su dos hijos varones, pues en esta segunda casita nació su segundo hijo; Teo.
Ella también hace magia con sus manos, en especial con la cocina naturista y la huerta, pero de la Doula le queda ese gran corazón femenino de acompañante.  
Por mi parte, a mis 28, mi hermana Lucía, me regalo El Alquimista de Coelho, autor de quien leí varios de sus otros libros, todos de magia. 
Con el tiempo fui virando desde el chamanismo, más propenso a los amantes de los pueblos originarios, a la magia y la alquimia del mundo occidental, que por años sus practicas y sus practicantes se habían mantenido totalmente herméticos. 
En éste camino de la magia nos conocimos con Ely, compartiéndolo plenamente y teniendo ella también una educación católica de niña, igual o más conservadora que la mía, educada también por monjas Jesuitas. También se había apartado de la religión.
Ésta espiritualidad más hermética que desde el advenimiento de la New Age, había empezado a abrirse a Occidente, fue llevándome hacia el camino del místico. Comencé estudiando los Padres de la Iglesia. Luego con mi esposa comenzamos un camino de retorno hacia nuestra religión que lo efectivizamos con sendas confesiones generales, justamente en la Parroquia de Lourdes de Unquillo, en setiembre del 2006 (mis 36).
Esta reconversion nos alejó años de todo paganismo. Hasta mis 42 me fui metiendo más y más en el sentir y estilo de vida recluido propio de una especie de monje laico, ermitaño y místico, que se jactaba de su frase: "ser del mundo, sin pertenecer".
A mi esposa le ocurría algo semejante.
Recién a partir del 2012 (mis 42) volví a abrirme muy de a poco a la New Age y al paganismo, sin dejar de ser Cristiano. Empecé a estudiar a curas progresistas como Antony de Mello, Willigis Jäger, Alsem Grüm, y más tarde Los Mercedarios Descalzos, casi todos sancionados por el Vaticano y todos místicos.
Investigué el budismo y el cristianismo zen, poco a poco me iba metiendo en el cristianismo macroecuménico aunque siempre místico, paralelamente Faustino por su lado había estudiado el budismo y el Zen, y uno de sus mejores libros fue Sidarta, historia que pareciera haberlos inspirado mucho a él y su esposa con su notable desprendimiento.
Yo iba aceptando ese macroecumenismo, con miedo, pero seguro y confiado. Ely también emprendió su reapertura pero por una vía diferente.
 Empezábamos a tomar, muy de a poco caminos separados. A ella le empezó a gustar la Kabalá y se está convirtiendo en Maga Católica con raíces Judías y Gnósticas, que hace magia con el comercio, la técnica y la administración. 
Sin embargo algo diferente me di cuenta al fin este año (mis 47) que mi ser me pedía que integrara paganismo y catolicismo. Lo que empecé a lograr acabadamente desde que me vine a vivir a la casa de Faustino en Unquillo, reencontrándonos después de 10 años, más o menos, en que cada uno estaba yendo detrás de su propia identidad.
Mi último maestro es el Hno. David Steindl-Rast, que justamente me lo recomendó mi psiquiatra.
Fue así como me di cabal cuenta que mi destino es convertirme en "mago católico" y místico, pero ya no, un monje ermitaño.
Si alcanzo el posgrado en Coaching tendré la forma oficial de presentar esa vocación. 

En medio de nuestro reencuentro Faustino expresó;

"Vos sos de mi sangre". Lo que hoy comprendo es que ésto nos cofraterniza, nos hace hermanos, o lo que es lo mismo; nos permite "comulgar" 

Este domingo del 30 de Julio, al fin hicimos la comunión macroecuménica entre su familia y mi sobrino Tristán, Sincrético, que en ceremonia de bautismo pagana hace unos años, estando los dos de campamento en un lugar inhóspito de las Sierras Grandes, me nombró su padrino ecléctico. La ceremonia informal fue allá en Traslasierra.
Faustino y su familia hacen magia con sus manos, como lo dije antes, Tristán y yo, con nuestros muchos y diversos lenguajes, principalmente artísticos. Y todos los mencionados en ésta historia buscamos con el ejercicio de nuestras profesiones y oficios; la sanación.


EL MAGO (FONDEVILA)

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