Desde el miércoles estamos de vacaciones con Ely y ayer nos vinimos al Refugio porque no tenemos mucho dinero para unas vacaciones más costosas.
Nos hemos bañado en la piletita y hemos visto una película en el nuevo servidor que tenemos; Netflix, también hemos estado compartiendo cada uno sus tareas aunque hoy ha quedado en claro una cosa que para mi no es muy grata:
Tengo que aceptar un nuevo duelo con ella. El duelo por la pérdida de esa comunicación que teníamos cuando éramos jóvenes y por la cual estábamos mutuamente enamorados y encantados.
Ella me dice que sufrió unas cuantas desilusiones por el hecho de que al ser una persona dudosa, mis muchas idas y venidas, mis contradicciones le terminaron hacer pensar que no podía creer más en mí. Así que hoy en día la única comunicación posible que nos queda es la comunicación del Zen.
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