15:40 hs. Toco mi pecho y siento el Rosario que me hace pensar en la Virgen de la Rosa Mística. Percibo que mi corazón esta tranquilo, sin embargo esta mañana que me desperté tarde, dado el cansancio que tenía de los dos días en Córdoba, y estaba sumamente nervioso. Me había levantado la llamada de una agente inmobiliaria diciéndome que tenía un interesado para mi departamento.
El tema es que ayer cuando al fin tuve la sesión con mi psiquiatra, me le planté tal cual lo dice la entrada anterior y él me respetó, luego comenzamos un diálogo entre iguales y me dijo que él consideraba que si vendía me podría equivocar y que su experiencia así se lo hacía presumir, pero que tal vez yo era la excepción a su regla. Incluso se prendió en el juego y empezamos a soñar juntos con las inversiones que haría: Se imaginó viéndome en el Jeep y se imaginó viéndome construir un loft de 60 m2, aún así reiteró su sugerencia de que no vendiera.
Casi al terminar me dio una tarea: que dejara ese futuro cercano y me concentrara en mi presente. Así lo hicimos a la noche con Ely y ella rápidamente preparó un plan para solventar nuestras deudas hasta fin de año.
Después me vine al Refugio, casi con la idea de no vender y aspirar a cumplir todos estos sueños con más tiempo y paciencia y conservando el departamento. Esta mañana me llaman por un interesado que tendría la plata en mano. Inmediatamente entre en confusión, en conflicto, me vi en una encrucijada y comencé a tratar de socializarlo con otros de mis asesores. En cuanto pude ponerme en contacto con Ely, ella al escuchar mi relato, aconsejó que vendiera. La cuestión es que ya avancé en la negociación y les di el contacto del inquilino, la inmobiliaria ya se ha comunicado con él para que le muestre el departamento al potencial comprador. Sigo sintiendo el Rosario en mi pecho y quiero creer que Dios me va a ayudar a volver a tener una vivienda de acá a unos años. Quiero creer que en estos 6 meses no he estado trabajando sobre mi proyecto, para que el mismo quede en la nada y como expresión de un arranque maníaco. Quiero creer que el doctor está equivocado y que lo que estoy por hacer no es un acting sino algo muy bien meditado. Quiero en definitiva ser "yo mismo". Siento de nuevo el Rosario, siento paz en mi mente. Siento que me han intentado asustar muchísimo y siento que tal vez también sea una prueba que me están poniendo para ver si ante las dificultades me puedo determinar libremente.
Una frase resuena en mi cabeza, es de Castaneda y dice así:
"...Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable. En cambio, un camino con corazón resulta sencillo: a un guerrero no le cuesta tomarle el gusto; el viaje se hace gozoso; mientras un hombre lo sigue, es uno con él"
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