Por fin apareció Séptimo!!!!
En realidad apareció como por arte de magia anoche adentro de la casa cuando toda la vivienda estaba cerrada. Seguramente ha entrado sin penas ni glorias durante el día cuando mantenía las puertas abiertas justamente a ese fin y yo arriba en el estudio. Pero realmente me llamó mucho la atención que ni La Cachorra que estaba en el living, ni él hayan hecho ruido alguno como para escucharlos y darme cuenta que había regresado. La cuestión es que el loco se me apareció como una especie de ánima cuando estaba cenando
Luego de hacerle una fiesta bárbara y avisar a Ely y a mis amigos por Facebook, decidí hacerlos dormir a los tres perros dentro de la casa, como antes, para mimarlos un poquito.
Esta mañana a las 5 am, Séptimo empezó con una tos y unas arcadas que después me parecieron puro teatro, pidiéndome que lo sacara. Decidí confiar en él y dejarlo salir suelto como de costumbre, pero ahi nomás se me escapó de nuevo.
Noooo, otra vez la angustia!
Me levanté como a las 8 y comencé a hacer una serie de rituales: exámen de consciencia, propósito de enmienda, oraciones, y canto sacro. Encendí vela y sahumerio y después me fui a buscarlo en auto. En el primer lugar a donde paré, en lo de unos vecinos que he conocido hace poco, lo veo al loco con una perrita minúscula al lado suyo. La perrita estaba en celo.
Pido permiso, le pongo el collar y lo subo con esfuerzo al auto. Después lo até y más tarde lo encerré en la casa.
La vecina justo me había escrito un mensaje por whatsaap de que el perro estaba en su casa y yo recién lo leí cuando regresamos a nuestra casa, por lo que fue una total coincidencia.
Anoche, antes que llegara Séptimo hablé con Lucía, que me dijo cosas muy importantes en esto de no poder estar así de conmocionado por mis perros, que los debía criar más libres, como nuestro perro de la infancia el King, y que eso era justamente lo que yo mismo le había enseñado a ella en los 90 con su primer perro, Milton. Después hable con Ely, le conté nuestro diálogos y reflexiones y le pareció correcto y más tarde apareció Séptimo y la volví a llamar a Ely para contarle de la alegría y proponerle si no querría a mi perro y ella después de dudarlo un poco, me dijo que si, que claro que si, que un perro así era un sueño de ambos y que ella deseaba tener algún día un hijito, así que con gusto aceptaba a Séptimo en su casa para adelantar su propio sueño, pero a cambio de que yo me trajera de nuevo a Rafael, pues más de tres perros no quiere tener. Yo acepté con la condición de que Rafael se criaría libre y callejerito, aunque lo único que podía hacer por él era ponerle un collar con un huesito de metal gravado con su nombre y mi celular.
Así que Ely perfila para proteccionista, yo para desapegado.
Nuestras ideologías diferentes se van definiendo con este nuevo estilo de vida que estamos llevando
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