Recordemos que en el año 2001 me jubilé. Fue como que me hubiera retirado no solo del trabajo, sino del mundo. En el año 2004 y hasta el 2008 estuve trabajando para la empresa de mi hermano, una unipersonal que la convertimos en Impianti S.R.L., y justo cuando produjimos la transformación, renuncié. A partir de ese año y durante otros 5 estuve trabajando como voluntario en Acapef ONG. Y desde el 2013 al presente me encuentro trabajando como cooeperante de la ONG, percibiendo mis honorarios como Asesor Jurídico, de manera independiente.
En el interín en el año 2011 tuve mi primera crisis después de mi estabilización en el 2001, y a partir de allí comencé a ir a Casa Club Bien Estar y a tener Acompañantes Terapéuticas. Este nuevo régimen terapéutico lo mantuvimos hasta Octubre del 2016 en que dejé de ir al Centro de Día y ya no tuve A.T.s
Durante todo este tiempo meditaba muy a menudo sobre mi situación social y llegué a entender que "era del mundo, sin pertenecer".
El miércoles pasado, mi psiquiatra me confesó que yo me había empezado a incluir al mundo desde que me fui a vivir a Unquillo, es decir Octubre pasado. Desde allí estoy peleando la inserción, por más que yo pensaba que nunca dejé de cumplir con ese objetivo. Entonces cuando conversamos de esto con mi amigo Baltasar, llegamos a la conclusión que mientras estuvimos en Casa Club y en mi caso, desde mucho antes, estuvimos verdaderamente recluidos o "exiliados", como dice él, en diversos ambientes protegidos.
Estár en esos ambientes protegidos no nos ayudaba a insertarnos al mundo normal. Él estuvo exiliado 3 años y yo 16 años.
Ayer hicimos en mi casa un fogón como ceremonia de lo más significativa: Un encuentro de unos pocos vecinos de mi nuevo Barrio San José de Unquillo, organizado por mí. Esa ceremonia simboliza para mí; la vuelta al mundo y fue el 28 de mayo de 2017, justo a 6 meses de la muerte de mi hermano y padrino Juan Arturo.
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