Tres o cuatro días de depresión desde que renuncié a la idea de vender el departamento. Los dichos de un viejo que está vendiendo su auto modelo 1997 que me hace pensar en que soy muy joven para cerrar mi carrera automotriz. El recuerdo de mi hermano que se fue dejando una Ford Kuga de unos pocos años. Las pocas ganas de irme y dejar bienes enmohecidos. Deseo de que cuando parta pueda dejar bienes hermosos que los disfrute algún joven o alguna persona madura que los valore como es debido. Anhelo de dejar bienes útiles y con gran significado.
Un Jeep Renegade que me aparece desde que mi amigo Pancho Michelli me contó que quería regalarle uno a su esposa.
Una señal; el día que Ezequiel me dijo enfáticamente que mantener un Wrangler me iba a comer vivo, en la puerta de su casa había uno de éstos estacionados, así del mismo color que los de la foto. Un auto que tiene un motor de 1.8 litros, igual al que tengo ahora y que compite con la EcoSport en lugar de con el Wrangler que es un auto de lujo. Una cosa más: el mismo viejo de hoy, en su perspectiva positiva dijo que Argentina esta entrando de a poco a la onda de consumir menos energía. ¿Sería razonable tener un motor naftero de 3.800 cm3? Otra señal: el faro trasero tiene una X, como mi generación X.
A los jóvenes les gusta, les parece muy pero muy lindo, mas allá que el Wrangler les parezca un fierro y ya he dicho que nunca fui fanático de los fierros.
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